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4 Claves prácticas para reducir tu esfuerzo cuando emprendes.


¿Has sentido alguna vez que tu esfuerzo no es proporcional a los resultados que esperas?¿Qué estás trabajando mucho en tu proyecto pero que no consigues llegar a tu objetivo?


Desde Ainder te decimos que eso a tod@s nos pasa incluso a los más veteranos, aunque con con el tiempo, hemos sabido identificar qué actividades NO debemos incluir en la agenda para no disminuir nuestra productividad, porque al final, todo se resume en esa palabra:


"Productividad".


Saber identificar aquellas actividades que no te merecen la pena y que suponen un sobreesfuerzo, tendrá un efecto positivo en tu tiempo, tu salud y en tu bolsillo. Si emprendes por primera vez, lo más seguro es que veas que TODO es importante e imprescindible, pero no es así, porque a lo largo del tiempo sabrás lo que te merece la pena y lo que no. Debes saber identificar a tus "ladrones de tiempo".


Por ello, te compartimos varios consejos para que aumentes tu productividad reduciendo esos esfuerzos innecesarios para que consigas tus objetivos:


  • Tener el producto perfecto: NUNCA vas a tener el producto perfecto porque siempre lo tendrás que mejorar. Un producto o servicio que no mejora se muere porque los tiempos cambian y hay que saber evolucionar. Si tienes una idea en mente, valida cuando antes, ya tendrás tiempo de mejorarla.

  • Focalizar parte de tu energía en actividades que no merecen la pena: Esto sucede porque todo se vea como importante cuando no es así. Hay que saber priorizar para que no cause un efecto en tu timming, es decir, en la sincronización y el tiempo de lanzamiento de tu proyecto. Si tienes dudas sobre una actividad, analiza los pros y contras y realiza un balance del 0 al 10. Cuanto mayor sea más prioritario será.


  • No saber calcular tus costes de oportunidad: Y que va relacionado con los puntos anteriores, porque no es lo mismo probar en dos semanas que esperar tres meses, puesto que es el coste de 3 meses y no de dos semanas. Y también va en relación con no tener las métricas adecuadas, para saber, hacia dónde te tienes que dirigir. Si partes de unas métricas erróneas, dirigirás tu energía hacia la dirección incorrecta, no obteniendo los resultados que esperas.


  • No tener visión a medio o largo plazo: Un emprendedor se diferencia de un autoempleado por la longitud de su visión. Los emprendedores debemos tener una visión a medio o largo plazo. A menudo queremos tenerlo todo para "ya", cuando para llegar a lo grande, previamente debemos pasar por lo pequeño porque no podemos pasar de la A a la Z directamente, ya que si lo hacemos así el sistema se cae. Tener una visión de futuro no es sólo imaginar lo que quieres llegar a ser en un plazo X de tiempo. Lo difícil es estar todos los días gestionando tu proyecto compaginándolo con otras actividades, que en ese futuro, te ayudarán a ser lo que imaginaste.


Identifica tus "ladrones de tiempo", visualiza ese futuro que quieres para ti analizando todo lo que necesitas para llegar hasta allí, y no te olvides nunca de las métricas, ya que son unos indicadores de realidad para que definas tu estrategia, para saber qué pasos debes dar y cuándo los debes dar. Obtén datos objetivos.


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